Dar por sentado.
Sé que quizá no vayas a darme la razón, no te preocupes, no la necesito, no sé qué hacer con ella. Quédatela para ti.
Me basta con que lo leas, te leas si eso, nada más.
He visto a personas dar por hecho el amor que reciben, que es lo más parecido a darlo por sentado o por muerto, lo mismo es.
Y claro, luego vienen las sorpresas.
Hay quienes no son valorados por sus parejas por la misma razón, porque llevan mucho tiempo haciendo lo que supuestamente deben de hacer, querer. Hasta que un corazón se cansa de mendigar, de dar sin ser correspondido, es así, el momento llega.
Y cómo jode, cómo jode que no se acuerden de ellos. Que se cansaron de dar lo que no venía de vuelta, que dejaron de ser prioridad para ser la opción que siempre está, es decir, la última.
No me digas que amar es cuestión de prioridades, porque o eres apuesta, o eres descarte.
Avisado estás.
Si alguna vez das por sentado, si se te ocurre quitarle valor a quien está y estuvo pese a que tú no tanto, entonces puede que esperes tú.
Que esperes sentado,
con toda la razón,
para ser descarte.
©Eloy Cánovas