No, no te quejes.

Me gustaría decirles algo a quienes ven este mundo como una basura, o sus vidas, lo mismo es.

Yo también me he sentido así, tengo días malos como todo mortal. También he estado bajo el fango, he tragado tanta agua como veces me he dejado llevar por la corriente. Y de todo esto, cuando se sale, ya no eres el mismo.

Ya no oyes como antes, sino que escuchas.
Ya no te dedicas a mirar, sino que ves.

Y aprendes, doblegado se aprende, dolorido se aprende.

A que si alguna vez piensas que vivir sale caro,
es porque no has pagado lo suficiente por no hacer nada.

No te quejes

A que si pretendes ser feliz siempre, te equivocas.
Pero si piensas que no lo serás nunca, será mortal.

No te quejes

A que hay personas por las que no pones la mano en el fuego,
sino el corazón, y claro, te lo devuelven calcinado. Tienes que saber que decides lo que te ocurre cuando te rodeas de ciertas personas.

No te quejes.

Aprendes a que nunca se es tan cobarde como aquella vez que tampoco. Porque señales te da la vida continuamente, y no has visto ni la mitad de ellas.

Así que por favor, deja de quejarte.

La vida nos mantiene secuestrados obligándonos a disfrutarla.
Y tú empeñado en idear un plan de fuga.

Atreverse,
es el único requisito que te exige la vida cuando te secuestra.

©Eloy Cánovas

[ Ilustración de Dan Cretu ]

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